
Supongo que a todos nos habrá pasado alguna vez. Ese deseo de que transcurran, de golpe, diez años, para ver cómo será tu vida y así acertar en las decisiones que tomes en el presente, o de volver hacia atrás, a tu infancia, a lo seguro, donde todo era tan sencillo.
El presente que vivo me hace no tener ni idea de cómo puede ser mi vida, ya no en los próximos diez años, sino en los próximos meses.
La incertidumbre sobre el futuro es agobiante: ¿Seremos siempre amigos?, ¿Será este trabajo para siempre?, ¿Viviré siempre aquí?, ¿Serás mi pareja para siempre?...
Para siempre es mucho tiempo.
El presente que vivo me hace no tener ni idea de cómo puede ser mi vida, ya no en los próximos diez años, sino en los próximos meses.
La incertidumbre sobre el futuro es agobiante: ¿Seremos siempre amigos?, ¿Será este trabajo para siempre?, ¿Viviré siempre aquí?, ¿Serás mi pareja para siempre?...
Para siempre es mucho tiempo.
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