Mensaje en un móvil (en vez de en una botella)

Bip-bip, bip-bip. Mensaje. Eres tú, como siempre, como cada día desde hace meses. Pero tus mensajes ya no son como los de antes. Los caris, los besos, las tonterías, los juegos... parece que nunca existieron y no sólo porque no los pueda conservar sino, además, por tu cambio de actitud, ahora tan distante. Son mensajes cordiales, correctos, pero mucho más fríos. No se atisba en ellos ni un ápice de los "sentimientos" que pudieran desprenderse de la lectura de los mensajes de ayer.
Han cambiado. Mejor dicho, has cambiado. Y ha sido de manera repentina, sin preaviso, sin tiempo para asimilar que ya nada es lo que fue, que algo es distinto en ti. Y lo peor de todo, es que desconozco el motivo de este cambio de actitud. Intento desesperadamente encontrar una razón para entenderte: no sé si algo ha cambiado en tu vida, o algo que yo haya podido decir no te ha gustado, o, simplemente, te has aburrido de nuestro juego. Pero no lo consigo, no logro entender cómo ayer estabas deseando verme, abrazarme, tenerme, y hoy te has cansado de mi.
Por supuesto, no esperes otra actitud por mi parte que la de ser amable contigo, por mucho que me duela. Ahora me siento estúpida por haber esperado tanto de ti, por haberme planteado tantos cambios en mi vida por ti, por haber sido tan inocente.
Sólo espero que algún día tengas el valor de aclararme qué te ha pasado.